“Toda la Escritura es inspirada por Dios [dada por inspiración divina] y útil para la instrucción, para la convicción [del pecado], para la corrección [del error y restauración de la obediencia], para el entrenamiento en la justicia [para aprender a vivir de conformidad con la voluntad de Dios , tanto en público como en privado, comportándose honorablemente con integridad personal y valentía moral]; para que el hombre de Dios sea completo y competente, equipado y completamente equipado para toda buena obra ”(2 Timoteo 3: 16-17, AMP).